En mi vida he tenido unas cuantas buenas experiencias como falangista, y la de la mañana de ayer ha sido, sin duda, una de ellas.
No voy a desgranar la entrevista que ayer tuve con Ceferino Maestú, ese gran sindicalista católico -para él las dos cosas van tan unidas que no puedo dejar de identificarme plenamente con él-, porque se publicará en el próximo número del periódico "Patria Sindicalista" (http://www.patriasindicalista.es/) del mes de abril. No la desvelaré aún, no, pero tampoco quiero dejar escapar la oportunidad de expresar el honor que supone para mí contar con su amistad desde que me llamó -y escribió- a finales de 2007 para felicitarme por mi libro, "Manifiesto Sindicalista", y pedirme que quedáramos un día para charlar.
Hoy me precio de contar con la amistad de este verdadero nacionalsindicalista de casi 89 años y que tanto ha hecho en su vida por los demás. Es tan afable y trasmite tanta bondad que es imposible sentirse mal a su lado, pero aún así no puedo evitar que la admiración que siento por él me haga sentir muy pequeño a su lado.
Os recomiendo vivamente a todos sus libros (el de astrofísica que acaba de terminar no me atrevo a recomendarlo simplemente porque reconozco mi ignorancia sobre dicha materia), especialmente su autobiografía, "La vida que viví con los demás".
Es un orgullo para mí poder tratar con el último superviviente de aquél puñado de falangistas valientes, sinceros, generosos y piadosos al que también pertenecieron Narciso Perales, Patricio González de Canales o Carlos Juan Ruiz de la Fuente.
Ellos con su ejemplo dignificaron siempre mucho más el falangismo de lo que otros miserables -que de todo ha habido y habrá siempre en la viña del Señor- hayan podido mancharlo nunca.
Yo, con llegarles a altura de los zapatos, ya casi que me daría por satisfecho...
Aún cunado no tengo el placer de conocerle personalmente, Ceferino Maestú es sin duda un referente para todos nosotros; un ejemplo como falangista y como hombre de bien.
ResponderEliminarEsperemos a leer esa entrevista en Patria Sindicalista, sin duda más que interesante.
Jorge, me alegro mucho por su experiencia, si bien he de decirte, con santo orgullo, que falangistas supervivientes que hicieron en la práctica la posibilidad material de su ideal, quedan todavía, entre ellos mi padre (vivienda sindical, colegios nacionales, recreación y deportes, etc.).
ResponderEliminarMe sorprende que no cites a Girón, aunque a lo mejor no debería sorprnederme, ¿o sí?
Estimado Fernando Lizcano: me alegra que su padre sea uno de esos supervivientes, pues en general todos hicieron lo que creyeron correcto y lo hicieron con honestidad, independientemente de que nos guste más o menos su línea política.
ResponderEliminarRespecto a José Antonio Girón de Velasco, si no lo cito no es porque no me merezca respeto, sino porque era de un grupo distinto al de Ceferino -y él no le mencionó en la entrevista más que de pasada-.
Tampoco menciono a José Luís de Arrese -de cuya labor en el Ministerio de la Vivienda tanto tendría que aprender el actual Gobierno-, y sin embargo el título de este blog se debe en buena medida a él (como puede comprobarse en la frase del subtítulo).
En Girón hay, como en toda vida política dilatada, varias épocas. Con una me identifico más, y con otras menos, pero nadie duda de la inmensa labor que realizó durante 15 años (creo recordar que esos fueron los años que en total ocupó el Ministerio de Trabajo) en defensa de los derechos laborales de los españoles. El avance en materia social que él propició, ni tuvo precedentes, ni tampoco continuadores, y ese mérito es indiscutible.
Otras cosas me gustaron menos: su actuación limitadora de las aspiraciones revolucionarias de los falangistas, su obediencia ciega a Franco, su lamentable papel durante la transición tratando de desactivar a FE-JONS para crear unas juntas Españolas de las que ya nadie se acuerda...
En fin, que Girón despierta en mí sentimientos encontrados, aunque su labor ministerial me parece admirable.