Hoy un camarada me ha recordado una lección que hace tiempo me dio otro camarada de esos a los que me gustaría parecerme.
Él sabe que si mañana hace huelga probablemente le despidan de su trabajo, pero él es falangista, sabe cuál es su obligación –por mucho que discrepe con los falsos sindicatos oficiales- y mañana hará huelga; seguramente el precio que pagará por su coherencia sea grande; seguramente su esposa le recriminará poner en segundo lugar "el pan de sus hijos"; probablemente sus compañeros esquiroles y "lameculos" de quienes les explotan piensen que es un idiota...
Pero ese camarada con su ejemplo me ha dado una lección de lo importante que es ser consecuente con unos principios, de cómo quiere realmente lo mejor para su familia y sus hijos -a quienes sí podrá mirar a los ojos con una mirada limpia- luchando por dejarles una sociedad más justa, de cómo ejemplos como el suyo han servido tantas veces para mejorar las condiciones laborales de todos...
Si en este mundo no hubiera personas como mi camarada, hoy seguiríamos trabajando como lo hacían nuestros tatarabuelos en el siglo XIX, con condiciones leoninas, de sol a sol y sin derechos sociales de ningún tipo.
Mi camarada, a nadie importa su nombre, es un ejemplo de solidaridad, de compromiso, de amor por el prójimo, de desinterés propio por interés de los demás... ¡¡¡es un ejemplo de tantas cosas!!!
Me parece despreciable que quienes no entienden a mi camarada le critiquen o se rían de él.
Yo quiero parecerme a mi camarada.
Camarada, gracias por tu ejemplo.