martes, 24 de marzo de 2009

Madrugadores y otras hierbas "azules"


En la vida siempre ha habido gente honesta y gente deshonesta, gente trabajadora y verdaderos holgazanes, etc. En la Falange también, como es lógico.

En todas partes hay gente estupenda y gente miserable, personas que trabajan abnegadamente y otras que se permiten el lujo de pasarse 15 ó 20 años de “vacaciones” para volver luego como si tal cosa y encima con ganas de darle lecciones a los demás… El Secretario General de FE-JONS, Norberto Pico, expuso magistralmente el pasado 7 de marzo en Valladolid estas y otras muchas cosas interesantes en su magnífico discurso.

Yo, que no tengo que adularle –de hecho detesto la adulación-, no puedo dejar de reconocer que su militancia política ha sido siempre ininterrumpida, y que en su haber está el lograr una unión real y efectiva entre el grupo falangista que él dirigía –FEI- y la histórica FE-JONS. Él sí está autorizado moralmente a hablar de unidad falangista (lo demuestra con hechos, no con palabras vacías) y de militancia política.

Otros cuando regresan de sus largas vacaciones (nunca arriesgan sus trabajos -en ocasiones incluso notoriamente inmorales, no faltando incluso quienes se han dedicado a comprar y corromper sindicalistas en sus empresas; dando ejemplo, vamos- o su posición, y sólo vuelven cuando ya se sienten seguros de poder satisfacer su vanidad; cosas del ego...) se permiten pontificar con una autoridad que nadie sabe de dónde les viene, e incluso algunos se permiten el lujo de apelar a la “unidad” cuando a lo largo de su vida sólo han protagonizado escisiones; y eso por no hablar de los que proponen supuestas “renovaciones” y estrategias novedosas (en ocasiones simplemente extravagantes) desde lo más oscuro del extremismo más impresentable que uno pueda imaginarse… Vivir para ver...

La mayor parte de todos estos curiosos especimenes tienen en los últimos tiempos una especie de fijación obsesiva contra FE-JONS cuya explicación debería buscarse más en el campo de la psiquiatría que en el de la política. Ellos se montan solitos su “película” y lo más curioso… ¡¡¡es que se la creen!!!

Unos buscan desestabilizar –aunque seguirán estrellándose contra la misma pared de siempre, pese a sus intrigas y conspiraciones amateur-, otros pescar en río revuelto –no faltando quien por traición o candidez les dé carrete, aunque se trate de casos contadísimos, pero es que tontos útiles siempre ha habido y habrá en la vida-, y todos con un objetivo común a falta de algo mejor que hacer: madrugar. ¡¡¡Cuánto madrugador anda suelto por estos lares!!! ¡¡¡Qué asco!!!

Y aquí es donde me vienen a la cabeza unas palabras de José Antonio Primo de Rivera que, como siempre, incluso en este contexto y respecto a estos personajillos (que en realidad me producen una lástima enorme y a quienes no puedo dejar de tener en mis oraciones, porque lo necesitan y mucho) vienen como anillo al dedo. Decía Jose Antonio:


Vamos a ver si nos enteramos:

Entre la turbia, vieja, caduca, despreciable política española, hay un tipo que se suele dar con bastante frecuencia: el del "madrugador". Este tipo procura llegar cuando las brevas están en sazón –las brevas cultivadas con el esfuerzo y el sacrificio de otros– y cosecharlas bonitamente.

Nunca veréis al "madrugador" en los días difíciles. Jamás se arriesgará a pisar el umbral de su Patria en tiempos de persecución sin una inmunidad parlamentaria que le escude. Jamás saldrá a la calle con menos de tres o cuatro policías a su zaga. Su cuerpo no conocerá las cárceles ni las privaciones.

Pero –eso sí– si otros a precio de las mejores vidas –¡muertos Paternos de la Falange!– logran hacer respetable una idea o una conducta, entonces el "madrugador" no tendrá escrúpulo en falsificarla. Así, en nuestros días, cuando la Falange a los tres años de esfuerzo recoge los primeros laureles públicos –¡cuán costosamente regados con sangre!–, el "madrugador" saldrá diciendo: "¡Pero si lo que piensa la Falange es lo que yo pienso! ¡Si yo también quiero un Estado corporativo y totalitario! Incluso no tengo inconveniente en proclamarme "fascista".

Algunos ingenuos camaradas hasta agradecerían esta repentina incorporación. Creerán que la Falange ha adquirido un refuerzo valioso. Pero lo que quiere el "madrugador" es suplantar a nuestro movimiento, aprovechar su auge y su dificultad de propaganda, encaramarse en él y llegar arriba antes de que salgan de la cárcel nuestros presos y de la incomunicación nuestras organizaciones. En una palabra: madrugar.

El "madrugador" no tiene escrúpulos. A codazos se abrirá paso en sus propias filas. Traicionará y tratará de eclipsar a sus jefes (tanto más fáciles de eclipsar cuanto más elegantemente adversos a esa especie de groseros pugilatos). Contraerá en cada instante la voz y el gesto con los que más pueda medrar. Y cultivará sin recato la adulación; en nuestros tiempos –para llamar a las cosas por sus nombres– la adulación a las fuerzas armadas. El "madrugador" siempre cuenta con el Ejército como un escabel más; esta convencido de que unos cuantos jefes militares arriesgarán vida, carrera y honor para servir la ambición hinchada y ridícula de quienes los adulan.

(No Importa, Boletín de los días de persecución, número 3, 20 de junio de 1936)

2 comentarios:

  1. Interesantísimo. Me ha gustado mucho.
    Sólo un pequeño comentario: los sindicalistas de hoy en día se venden y corrompen solos.

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  2. Por supuesto que sí, pero cierra los ojos e imagina a uno de esos Directores de Personal de una gran empresa (por ejemplo, el Banco X), que durante años se haya dedicado a comprar a esos sindicalistas (aunque muchos se compren solos, como muy bien dices); pues bien, imagínate que con el tiempo se le ocurra pretender ser un líder sindicalista...

    Pues lo curioso es que se trata de un caso real.

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