miércoles, 27 de marzo de 2013

El Papa que hace falta, según palabras del entonces Cardenal Bergoglio

Un amigo me ha pasado un enlace muy interesante (ver aquí) en el que reproduce un resumen autógrafo de la intervención (en los días previos al último Cónclave) del en ese momento aún Cardenal Bergoglio.
 
Obviamente, el texto es de un gran interés para conocer el pensamiento del actual Papa sobre lo que tiene pensado hacer, y resulta curioso que el texto se lo entregara al Cardenal y Arzobispo de La Habana, que es quien lo ha publicado originalmente (ver aquí), ¡¡algo no menos curioso!!
 
En ella hay cosas que agrada leer (como la preocupación por evangelizar para la salvación de las almas) y otras que no agradan nada (como el tener como referente a Henri De Lubac, el heterodoxo teólogo que en tiempos de Pío XII fue sancionado con la prohibición de enseñar).
 
Reproduzco tanto en texto como unas imágenes del original:
 

- Se hizo referencia a la evangelización. Es la razón de ser de la Iglesia.

- “La dulce y confortadora alegría de evangelizar” (Pablo VI).

- Es el mismo Jesucristo quien, desde dentro, nos impulsa.

 
1.- Evangelizar supone celo apostólico.

Evangelizar supone en la Iglesia la parresía de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria.


2.- Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma (cfr. La mujer encorvada sobre sí misma del Evangelio). Los males que, a lo largo del tiempo, se dan en las instituciones eclesiales tienen raíz de autorreferencialidad, una suerte de narcisismo teológico.

En el Apocalipsis Jesús dice que está a la puerta y llama. Evidentemente el texto se refiere a que golpea desde fuera la puerta para entrar… Pero pienso en las veces en que Jesús golpea desde dentro para que le dejemos salir. La Iglesia autorreferencial pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir.


3.- La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia; deja de ser el mysterium lunae y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual (Según De Lubac, el peor mal que puede sobrevenir a la Iglesia). Ese vivir para darse gloria los unos a otros.

Simplificando; hay dos imágenes de Iglesia: la Iglesia evangelizadora que sale de sí; la Dei Verbum religiose audiens et fidenter proclamans, o la Iglesia mundana que vive en sí, de sí, para sí.

Esto debe dar luz a los posibles cambios y reformas que haya que hacer para la salvación de las almas.


4.- Pensando en el próximo Papa: un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de “la dulce y confortadora alegría de evangelizar”.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Ahora a los católicos sólo nos queda rezar...

Me gustaría estar feliz con la elección del nuevo Papa, pero con los antecedentes que tiene yo sólo encuentro motivos para rezar como nunca, porque me cuesta mucho aparentar una felicidad que no siento. La imagen (sacada de aquí) del ahora Papa encendiendo un candelabro judío mientras presidía la fiesta de la Janucá en la sinagoga de Buenos Aires es superior a mí, como no lo es menos esa otra fotografía escandalosa (sacada de aquí) en la que sale arrodillado recibiendo la "bendición" de un hereje protestante. Lo siento, pero estas imágenes me superan...

Tampoco me hace demasiada gracia esa "liturgia de conmemoración" (¿un nuevo rito hasta ahora desconocido?) de "la noche de los cristales rotos" (ver aquí) en la catedral de Buenos Aires, con todo tipo de religiones falsas: judíos, evangélicos, metodistas, etc. ¡¡¡Y con un Rabino predicando!!! Muy católico todo, desde luego... ¡¡¡Menuda profanación del templo!!!

Y respecto a la heterodoxia de su estapa anterior a su elección como Sumo Pontífice, baste el estudio (ver aquí) que en su día hizo el profesor Antonio Caponnetto.

Sólo el Cardenal Kasper me parecía peor candidato al pontificado que el Cardenal Bergoglio, y del resto no creo que hubiera ninguno -al menos conocido- con peores antecedentes.

Es conocido su rechazo a todo lo tradicional, a la Misa tridentina y a la Hermandad Sacerdotal San Pío X, la cual va a tener que reubicarse en un contexto que si antes era conflictivo, ahora va a ser previsiblemente -Dios no lo quiera y nada deseo más que equivocarme- de una hostilidad total.

Rezaré todos los días por el nuevo papa, Francisco I, para que el Espíritu Santo lo ilumine y lo transforme lo suficiente como para que no se parezca al que fue cuando era el Cardenal Bergoglio, porque si no... Ya sucedió algo así con Pío IX, así que no hay que perder la esperanza y hay que rezar por él.

Lo siento, pero esta elección me ha conmocionado y creo que voy a tardar en superar un trauma como este.