martes, 16 de agosto de 2011

Prometeo y la Jornada Mundial de la Juventud

Llevo bastante tiempo sin poder sacar un rato para comentar alguna de tantas cosas que quisiera publicar en este humilde blog, y tras este desahogo ocasional creo que al menos así seguiré como hasta mediados de octubre por lo menos. Ruego a mis lectores un poco de comprensión, pues razones profesionales y personales me tienen casi completamente dedicado a otras cosas más urgentes.

El martes 16 de agosto, cuando llegaba a mi casa a cenar, pude ver por la televisión la parte final -a partir de la comunión- de la Misa inaugural de la Jornada Mundial de la Juventud y nuevamente me inundó un sentimiento contradictorio: por un lado, mucha alegría por la visita del Santo Padre, por ver cientos de miles de jóvenes comprometidos con la Iglesia, por ver como algunas partes de la Misa se hicieron en latín (al menos la bendición final y el "ite Misa est" de ese día, pero también en días sucesivos); por otro lado, una cierta tristeza al ver que en la Misa esos jóvenes no mantenían siempre la actitud debida (aplaudiendo y gritando antes del fin de la Misa, por ejemplo, predominando más el ambiente festivo que el de piedad -como han hecho en demasiadas ocasiones a lo largo de esta festiva peregrinación, tal y como puede verse pinchando aquí y aquí, si bien creo que siempre fueron excepciones-) y, sobre todo, al escuchar las palabras que les dirigió Monseñor Stanislaw Rylco (Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos) para hablarles de lo que significa la fe...

No puedo citar textualmente las palabras de Ms. Rylco, pero recuerdo que básicamente giraron en torno a lo importante que era la fe para el hombre, de la alegría y la felicidad que nos daba la fe, de cómo en esa Jornada Mundial de la Juventud se iba a experimentar la fe, de cómo la fe nos ayuda a conocernos, del sentido que la fe da a nuestra vida en cuanto nos hace ser verdaderos hombres y nos eleva como tales... Todo muy bonito y cierto, no digo que no, pero ¿eso es lo importante de la fe católica? ¿No será que de tanto hablar de cosas secundarias se olvidó hablar de lo principal: de que la Fe verdadera y la Cruz que supone para nosotros -aunque uno deba llevarla con alegría- es importante sobre todo para la salvación de nuestra alma? De esto no se acordó Ms. Rylco, como tampoco se acordó del pecado, ni del demonio, ni del infierno, ni de nada que pudiera parecer "negativo". A la inversa de como parodiaban hace años a aquel entrenador del F. C. Barcelona, Luis van Gaal, "siempre positivo, nunca negativo"... Y es que yo me pregunto: si la fe sólo sirviera para hacernos mejores y más felices, para elevarnos como hombres (casi le faltó decir que para elevarnos a la categoría de superhombres o incluso de dioses), para seguir un camino recto que nos ayude a conocernos y todo eso, ¿por qué uno debe ser católico y no budista, por poner un ejemplo? ¿Acaso esos fines secundarios y meramente humanos a los que se refería Ms. Rylco no se pueden alcanzar por medio de otras religiones o filosofías de vida? ¿No ha pensado que quizá a los jóvenes se les debería explicar que la razón fundamental es que la religion católica es la única verdadera y que es, por lo tanto, la única por medio de la cual se puede salvar el alma?

Luego la veneración pública de la reliquia del Beato Juan Pablo II, quien está siendo tratado y venerado como si ya hubiera sido declarado santo, algo que -conviene recordarlo- aún no ha sucedido, por lo que se supone que no está autorizada su veneración pública universal... Creo que eso poco importaba ese día (con el beato Juan Pablo II no importaron ni los requisitos legales exigibles para comenzar su proceso).

Los días posteriores, ya con el Santo Padre presente, también depararon sorpresas de todo tipo (y no me extenderé en lo referente a sus entrevistas con el Rey que ha firmado las leyes del aborto, el matrimonio homosexual y el divorcio; tampoco a las realizadas con el Presidente o con Mariano Rajoy, a quienes espero que haya influido positivamente y que finalmente cambien sus posturas inmorales sobre esos y otros temas -aunque yo sea escéptico al respecto-). Unas agradables (como la celebración según el Cánon romano de la Misa en la Catedral de Ntra. Sra. de la Almudena) y otras no tanto (como la iconografía masónica del altar en Cuatro Vientos, algo de cuyo asombro aún no he podido salir...; pero bueno, de su "acacia masónica" hablaré más adelante).

Respecto a los confesionarios situados en El Retiro, siendo magnífica la idea, me decepcionó que el sacramento no fuera denominado oficialmente como Penitencia o Confesión, sino como "Fiesta del Perdón"... Nuevamente los nombres tienen una intención, y es el quitar "dramatismo" al asunto, y como eso de hacer penitencia y confesar suena mal a algunos, mejor es hablar de "fiesta" y de "perdón" (aunque siempre será mejor que hablar de "reconciliación", como lo denominan algunos casi que haciendo del asunto una especie de perdón mutuo entre Dios y el hombre...). Una televisión entrevistaba a uno de esos jovenes recién confesados acerca de qué le había parecido, y su respuesta fue: "Muy bien, los sacerdotes son muy divertidos y lo hacen bonito". Pues qué bien...

La celebración del Vía Crucis me llamó mucho la atención, ya que no fue ni según las 14 estaciones del tradicional, ni según las 15 del Vía Crucis ecuménico de Juan Pablo II (quien modificó el tradicional para eliminar las referencias que no coincidían con las creencias protestantes). Esta vez se trató de una especie de Vía Crucis mixto que incluía estaciones de los dos y una distinta al final en honor a la Vírgen. Vamos, que en realidad fue una particular meditación de la Pasión más que un Vía Crucis propiamente dicho, pero bueno, al meno se vio en general bastante recogimiento y piedad entre los asistentes, cosa que es muy de agradecer.

En cambio, la iconografía de esta Jornada Mundial de la Juventud ha sido la modernista habitual: crucifijos con imágenes de Cristo deformado, un gigantesto "árbol de la vida" en el lugar de la tradicional iconografía católica, etc. Respecto al mencionado "árbol de la vida", lo cierto es que yo no sabía al principio si se introdujo en referencia más bien al "árbol de la ciencia del bien y del mal", pero luego comprobé estupefacto que se trataba claramente de una acacia, el árbol simbólico de la Masonería...; no es que sea yo muy entendido de los asuntos masónicos, pero es que hasta una de las revistas oficiales de los masones españoles se llama "La Acacia", y el barrio madrileño diseñado masónicamente también es el Paseo de las Acacias... ¿Acaso se encargó el diseño a un arquitecto masón y nadie comprobó nada después? En cualquier caso, ¡¡¡increíble!!!

La JMJ sobre todo me ha dado la impresión más de un espectáculo lúdico-festivo (incluso con no pocas mujeres en sujetador en Cuatro Vientos con la excusa del calor, algo absolutamente fuera de lugar y que dió lugar a más de una llamada de atención) que de una peregrinación religiosa (aunque también hubo momentos de verdadero recogimiento y piedad: el del "Vía Crucis" y el de la exposición del Santísimo, por ejemplo). No niego que seguramente habrá habido muchos buenos frutos en esta Jornada, pero mi sentimiento general es contradictorio y no puedo dejar de reconocer que la decepción me inunda.

Las homilías y discursos del Santo Padre me parecieron en general buenos, aunque muy genéricas (me hubiera gustado escuchar respuestas más concretas a las muy buenas preguntas que le plantearon varios jóvenes en Cuatro Vientos y que para cualquiera que lo viera dieron la impresión de no haber sido respondidas; no obstante, bien pudiera ser que sí estuvieran previstas esas respuestas, sólo que figuraran entre las palabras que al final no pronunció Su Santidad a causa de la tormenta, en cuyo caso es una pena que todo quedara en los interrogantes...). Además, sus palabras estuvieron siempre dentro de esa línea "buenista" ya mencionada al hablar de Ms. Rylco: nada de hablar expresamente del peligro de la condenación y de la necesidad de salvar nuestra alma, ni del pecado, ni de la importancia de los sacramentos para estar en estado de gracia y así poder alcanzar el Cielo... No es que dijera nada propiamente incorrecto, no, pero la sensación que me quedó es la de "sí, pero no"; era cierto lo que decía, desde luego, pero yo creo que las respuestas que necesitan escuchar los jóvenes han de ser más claras, completas y precisas, aunque algunas cosas no guste escucharlas. Pero yo entiendo que lo que no gusta también hay que decirlo, al menos cuando se trata de la salvación de las almas.

Y aquí viene muy a cuento recordar que este mismo verano la Fundación San Pio X ha publicado en España el libro del R. P. Álvaro Calderón titulado "Prometeo. La religión del hombre", una obra magnífica y muy ilustrativa a la hora de explicar a fondo el profundo cambio operado en la Iglesia por el Concilio Vaticano II y que queda patente en eventos como el de la Jornada Mundial de la Juventud, donde se han dado una imagen y un mensaje del catolicismo tan "humanista" que casi se olvida hablar de Dios y de lo que significa para nosotros la salvación de nuestra alma. Todo el mundo "es bueno", la fe es una "experiencia vital", la fe "nos hace mejores", la fe es una "alegría", Cristo "busca al hombre" (no tanto el hombre a Cristo), la fe es "para el hombre"... ¿Seguro que es esa la fe católica? ¿No será que a fuerza de querer hacerla más presentable nos hemos esforzado tanto por el "continente" que nos hemos olvidado de gran parte del "contenido"?

El R. P. Álvaro Calderón analiza todas estas cosas en su magnífico libro de una manera rigurosa y profunda, llegando a la conclusión de que se ha producido una enorme mutación -sin precedentes en los 2.000 años anteriores- en el centro de la fe católica, pasando de ser este ocupado por Dios (al cual nos debemos todos con sumisión, humillación y penitencia, en la línea del "publicano" de la parábola), a ser ocupado por el hombre (al cual es Dios quien busca y ama por sí mismo, y al cual se debe para hacerle más y mejor hombre, algo más en la línea del "fariseo" de la misma parábola...).

¿Cuál de los dos mensajes es el que dan las jerarquías católicas actualmente? ¿Quién de los dos se supone que debe ocupar el centro de la religión católica -y por ende, de nuestros altares-, Dios -en el centro de la teología y en el Sagrario- o el hombre -sacerdote o fiel-? ¿Es el hombre el que tiene que dirigirse a Dios, o Dios quien tiene que dirigirse a nosotros para que le respondamos?

He ahí un gran motivo para la reflexión de todo católico de hoy en día.

20 comentarios:

  1. Muy correcto en todo momento, como siempre Jorge. Imparcialidad y punto crítico cuando hay que tenerlo.

    No profeso tanto la Fe como antaño (y es que ha "llovido" mucho desde entonces), por lo que no soy el mas adecuado a la hora de extender mi comentario, pero solo matizar que ha habido demasiada "alegría" en algo que debiera haber tenido un poco mas de austeridad.

    Bien es cierto que la Iglesia ha cambiado su rumbo en algunos aspectos y ya no reina tanto la sobriedad, pero he llegado a ver hasta escenas de "botellón" entre los peregrinos, cosa que me ha chocado bastante de personas cuyo signo de vida debería ser la espiritualidad y el respeto (esto último va por los vecinos que no pudieron dormir).

    Ciertas cosas las veo algo distantes y creo que de no "enderezar" algunos aspectos (siempre, por supuesto, dentro del ámbito religioso), exista el riesgo de desvirtuarse algo que no se empezó así.

    Por lo demás, resulta poco menos que curioso el tema de la acacia. ¿A propósito o con intencionalidad? ¿Es normal que se haya llegado a un pequeño "acuerdo" para colocar el mencionado "parasol"?...

    Un cordial saludo.

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  2. Gracias por tu comentario.

    En Madrid y otras ciudades de acogida de peregrinos me consta que ha habido bastantes quejas por su comportamiento incívico. Tanto como hablar de botellón yo no diría (todo lo más, situaciones como la del vídeo que pongo en el enlace), pero estar dando la lata a los vecinos y gritando y bailando a las tantas de la madrugada sí, se ha dado y mucho. Demasiado para tratarse de una peregrinación religiosa, la verdad.

    Ignoro el grado de conocimiento y voluntariedad de la colocación de la acacia por parte de las jerarquías eclesiásticas, pero poca duda tengo respecto al arquitecto: ese seguro que lo hizo con pleno conocimiento de causa (¿por qué será que siempre son los arquitectos?).

    Ahora, que en vez de un crucifijo o cualquier otro símbolo católico, lo que destaque sea la acacia... pues muy normal no me parece, la verdad. ¡¡¡Qué quieres que te diga!!! Y eso no es responsabilidad sólo del arquitecto, desde luego.

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  3. Creo que la crítica es muy dura hacia los jóvenes.
    Yo prefiero ver a estos chicos llenos de alegría cantando y bailando y demostrando que se puede ser católico y divertido. Demostraron tal como dices recogimiento en los momentos necesarios, el Via Crucis concretamente y en la Vigilia y la Eucaristía. Que el resto del tiempo sea una fiesta y demuestren al mundo su alegría me parece perfecto.
    Incluso lo del botellón(salvo por las molestias a los vecinos ¿esperaban los laicos a chicos rezando toda la noche? pues no,es compatible la Fe y el rezo con la diversión,siempre respetando al prógimo.

    En cuanto a las preguntas,ahí si te doy la razón, eran buenas y no obtuvieron respuesta,las esperé como agua de mayo y solo llegó el agua,no sé el motivo, pero me dio rabia, era una buena ocasión para conectar con ellos y el Papa no la aprovechó.

    El saludo a reyes,presidente y demás es una obligada cortesía, aún no estando de acuerdo con ellos. Me pareció una falta de respeto que no apareciese la mujer de Zapatero,supongo que no sería obligatorio pero muy poco diplomático por su parte (era de esperar, no obstante y a su marido porque no le quedaría más remedio). También eché de Menos a la Infanta Cristina y a Iñaki Urdangarín, que se sabe que vienen hasta para un partido de fútbol y la ocasión creo que era más propicia.
    La misión del Papa es respetar a todos, independiente de su ideología y eso quiso transmitir a los jóvenes:
    "No ocultar vuestra identidad cristiana, en un clima de respetuosa convivencia con otras legítimas opciones y exigiendo al mismo tiempo el debido respeto a las propias"
    En cuanto al escenario francamente es sacarle tres pies al gato. La organización ha sido muy buena,sin incidentes apenas, que para la multitud que era es un verdadero éxito, las palabras del Papa magníficas y la actitud de los jóvenes a mi parecer y por lo que he podido ver ejemplar, dadas las provocaciones que han recibido por parte de los laicos.

    A mi si me ha quedado un buen recuerdo y creo que ha sido positivo.

    En cuanto a tu última pregunta, siempre he pensado que Dios está, ha estado y estará ahí para todo el que quiera acercarse a Él, no le doy demasiadas vueltas la verdad.

    Un saludo:

    Olga

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  4. No creo haber sido excesivamente duro con los jóvenes, pero si lo he sido pido disculpas. Yo creo que la mayor parte de ellos han sido correctos (los alojados en mi barrio, por ejemplo, no han dado ningún problema, y me consta que esa ha sido la tónica general), pero no ha sido así en todos los casos, y la expresión de alegría tiene como límite el respeto a los demás, y eso los cristianos tenemos que tenerlo tan claro o más que el resto de personas.

    Eso sí, el hecho de ser alegres no creo que excluya el rezar... Yo he ido de peregrinación muchas veces y siempre se sacan momentos para todo, pero lo principal de una peregrinación es lo espiritual, ¿no?

    No he hecho mención a los incidentes provocados por los "indignados extremistas" (una minoría incluso dentro del 15M, pero que lo ha dominado en estas fechas veraniegas en que tantos hemos estado de vacaciones) porque es darle publicidad a una gentuza que no la merece, pero en cualquier caso creo que muy pocos peregrinos se han topado con ellos, con lo que no creo que eso haya influido en su conducta general en nada.

    Un saludo.

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  5. Sr. Garrido. Me ha sorprendido muchísimo su artículo, y aún no sabría decirle si para bien o para mal. Nunca me había planteado nada de lo que habla y yo creía vivir feliz en mi forma de ver mi fe católica, en cambio leo su artículo y me quedo perplejo,ya que en realidad reconozco que todo lo que dice es cierto.

    Usted hace una crítica serena, respetuosa -como católico que es, no podría ser de otra manera-, pero al mismo tiempo muy clara, directa y absolutamente razonada y sensata. Por ello de repente me ha entrado una inquietud muy grande por cómo vivo mi fe, ya que en mi parroquia las cosas no son seguramente como debieran ser. Por ejemplo, la reconciliación (la celebramos una vez al mes de forma comunitaria) se plantea de una forma que me da la impresión de que no debe ser del todo correcta, sólo que el párroco nos dice que no hay problema, que no pensemos tanto en los formalismos porque Dios conoce nuestro corazón y nos perdona todo si dejamos que nos busque.

    Pero claro, leo su blog y ahora ya no sé si hacemos bien la reconciliación o no. ¿Será posible que mis pecados no se hayan perdonado en los últimos años creyendo yo que sí?

    En serio, ahora mismo me he quedado muy desconcertado.

    Saludos.

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  6. Hola Ángel.

    Pues mire, yo le voy a decir una cosa: es mejor conocer la Verdad que vivir en el error, auqnue la Verdad nos resulte difícil.

    Lo que Vd. llama "reconciliación" es un sacramento que se llama Penitencia o Confesión (una reconciliación se produce cuando se está en plano de igualdad con otro y ambos tienen que perdonarse cosas, pero con Dios nunca estamos en un plano de igualdad y somos nosotros los que hemos de confesar y hacer penitencia para obtener su perdón), y este sacramento no puede celebrarse de forma comunitaria, sino que debe ser siempre individual (salvo casos de catástrofes o situaciones de peligro a la vida de muchas personas que impidan la confesión individual), personal (no vale por teléfono o internet) y auricular (han de contarse los pecados concretos y han de ser escuchados y entendidos por el sacerdote). Y luego hacen falta los requisitos que nos enseña el catecismo: examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de enmienda, confesión al sacerdote y cumplimiento de la penitencia que le sea impuesta. Y si el párroco le dice que eso son "formalismos" sin importancia, pues mal sacerdote es...

    Lo que celebran en su parroquia (celebración comunitaria de la penitencia) está expresamente prohibido por la Iglesia (salvo catástrofes) y no es católico, sino que es puro protestantismo que no puede dar el perdón ni transmitir la Gracia.

    De todas formas, dado que había un desconocimiento por su parte, dependiendo de las circunstancias y el grado de dificultad que Vd. tuviera para conocer eso, posiblemente se pueda aplicar el principio de suplencia de la Iglesia por desconocimiento invencible y no culpable. No obstante, eso es algo que debería consultar Vd. con un sacerdote de verdad (no con ese "protestante" de su parroquia que le ha dicho esa barbaridad que pone en peligro su alma y que seguramente, teniendo esas ideas, ni siquera consagre realmente en las misas y crea que todo es simplemente simbólico y sin presencia real de Nuestro Señor).

    Eso sí, tenga en cuenta que una vez informado de que esa "celebración comunitaria de la penitencia" es inválida, Vd. pecaría gravemente y cometería sacrilegio si siguiera dándose por confesado de pecados graves de esa manera y luego comulgara. Ya no habría ninguna ignorancia por su parte y hacerlo sería culpable.

    Yo le aconsejo que acuda a un sacerdote de la HSSPX (en los enlaces de mi blog puede encontrar direcciones según el país o provincia donde viva, y si no puede escribirme un correo y yo le indico) pues son los únicos que me parecen 100% dignos de confianza en estos tiempos tan confusos, pero sin duda que en algunas parroquias se pueden encontrar también sacerdotes fieles a la Verdad y piadosos que le podrían orientar. Ahora, después de lo quee le ha dicho su párroco sobre la confesión, yo que Vd. nunca volvería a acudir a él, pues sólo va a desorientarle más.

    Descubrir ciertas cosas puede desconcertarnos e inquietarnos un tiempo, pero créame, siempre se agradece descubrir que se vive en el error (aunque sea de buena fe y por desconocimiento), pues ello nos ayuda a mejorar y acercarnos a la Verdad.

    Un saludo.

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  7. Aunque se podría decir mucho más, creo que tu artículo es magnífico: serio, ecuánime, riguroso y sin dejarte llevar por la parcialidad de quienes desde el catolicismo son incapaces de hacer autocrítica ni tampoco por quienes se dedican a la crítica destructiva.

    Llamas a atención sobre una serie de temas que realmente deberían ser motivo de profunda reflexión para todos los que nos consideramos católicos.

    Jorge, leo con un interés cada vez mayor tus artículos en general, y los religiosos en particular. Puede que no siempre opine igual que tú en todo (aunque normalmente sí), pero realmente me has ayudado a entender muchísimo mejor la fe, y eso e algo que te agradezco profundamente.

    En serio, tus artículos me han hecho entender muchísmo mejor el catolicismo, y sólo por eso merece la pena leerte.

    Gracias, Jorge.

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  8. Bueno, Antonio, pues me alegro mucho, jejeje.

    Un saludo.

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  9. Aunque valoro positivamente la visita del Papa yo también opino que parecía un espectáculo lúdico-festivo y que el Papa ha sido demasiado genérico, lo que agrava el peligro habitual de que cada periodista interprete lo que le dé la gana y saque los titulares que le convengan.

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  10. Jorge, eres incorregible, lo mejor, lo del "botellon catolico". Nada que objetar a la falta de compostura de algunos durante las Misas, pero creo que no se ha engañado a nadie si, ademas de estas, se ha querido dar a estas jornadas de un ambiente festivo y alegre.

    Por cierto, nos hemos quedado sin acentos.

    Un saludo

    Antonio (el otro, el ortodoxo mas heterodoxo)

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  11. Estimado Jorge, permíteme una discrepancia con tu artículo, por otra parte tremendamente lúcido. No comparto tu valoración sobre la "Fiesta del perdón", aunque reconozco que también a mí me sorprendió al principio su nombre. Yo habría preferido hablar de reconciliación, que en modo alguno hace referencia a un perdón mutuo de Dios y el hombre. Por el contrario, la reconciliación entre ambos, entendida como restauración de una alianza quebrantada, sólo es posible cuando Él perdona y el hombre acoge su perdón.

    Las denominaciones de penitencia y confesión, siendo igualmente válidas, centran la atención en uno de los elementos del sacramento, pero no terminan de captarlo en su totalidad. Aunque no deja de ser mi opinión personal, y no soy moralista ni teólogo.

    Por último, reiterar mis felicitaciones por tu artículo. Tengo algunas discrepancias, casi todas de matiz, pero denota una mirada objetiva y lúcida que se ha echado en falta durante estos días.

    Un saludo, desde hoy te leeré.

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  12. Bueno, las opiniones razonadas son siempre legítimas, se esté o no de acuerdo con ellas o con algún matiz.

    Un saludo y gracias por tus palabras.

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  13. Esperaba tu valoracion sobre la JMJ, nada que agregar, siempre eres claro y brillante. Ahora se la voy a leer a mi esposo, luego paso el link a algunos amigos de por aca. Tu blog es casi indispensable para todos los que quieren tomar en serio la Fe catolica y la salvacion. Gracias.
    Saludos,
    Mercedes (la cubana)

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  14. Magnífico artículo, Jorge. Reconozco que estaba entusiasmado con la visita del Santo Padre y que ello me había nublado el criterio, de forma que no veía nada malo en nada, sino todo lo contrario. Este artículo tuyo, que por otra parte es muy mesurado y objetivo, me devuelve la cordura y me pone delante de los ojos otros detalles menos positivos que, o no vi o no quise ver en su momento, pero que son incontestables. Vamos, que suscribo tu artículo plenamente, de principio a fin. Es más, yo no habría sido capaz de analizar la JMJ con la objetividad que tú lo haces, por lo que tu artículo me parece tremendamente necesario.

    La verdad es que es un verdadero placer leerte porque tienes una visión de las cosas que es bueno que alguien la manifieste para que los demás la podamos conocer. Quienes no gustamos del "pensamiento único" necesitamos que quienes tenéis visiones diferentes las publiquéis. ¿Sabes cuánto ayuda eso a personas como yo que sólo buscamos la verdad? Tú haces que muchos podamos ver otras opiniones y comparar diferentes puntos de vista, e incluso que nos demos cuenta de hasta qué punto teníamos delante de los ojos cosas que no veíamos. ¡¡¡Pero si todo lo que cuentas lo he visto y vivido yo estos días pasados en Madrid y ni siquiera fui consciente de la mayoría de ello!!! Recuerdo que en directo me encantó la alocución de Monseñor Rylco, y sin embargo dijo exactamente lo que tú explicas en el artículo, y en realidad eso que tanto me gustó deja muchísimo que desear. Pues bien, si tú no lo escribes yo me hubiera "tragado" ese mensaje sin darme cuenta de los errores o imprecisiones que contiene y seguiría tan feliz con él. Y francamente, yo prefiero ser consciente de las cosas a "tragármelas" sin más.

    Además, ya de forma más general, reconozco que me has hecho descubrir en unos casos y redescubrir en otros, aspectos de la Iglesia que o no conocía o bien había olvidado. En ocasiones eres tan directo que me sorprendo de las cosas que escribes, pero no dejo de reconocer que en muchas cosas -yo creo que en la mayoría- tienes muchísima razón. No digo que siempre (la discrepancia no deja de ser un derecho del hombre libre), pero tus argumentos me convencen con mucha frecuencia, e incluso cuando no me convencen del todo, al menos he de reconocer que tienen su fundamento.

    Desde que te leo he avanzado mucho en el conocimiento del catolicismo, se podría decir que incluso me considero un poco mejor cristiano porque he aprendido a valorar muchas cosas que antes no valoraba y he avanzado en la fe. Es decir, incluso cuando criticas algo es para afirmar algo, para contraponer una cosa a otra, para ayudar a comprender mejor nuestra fe.

    Me gustaría que publicaras con más frecuencia, porque la verdad es que me has vuelto casi un "adicto" a tu blog y espiritualmente hablando me resulta muy positivo leerte.

    Gracias por tu blog, Jorge. Muchas gracias.

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  15. Bueno, la verdad es que me siento un poco abrumado con tus palabras. Me alegra muchísimo que alguien pueda encontrar en mis escritos algo que le ayude de alguna manera.

    Escuetamente, gracias.

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  16. ¿ El libro dónde se puede conseguir? Tiene pinta de ser interesante.
    Un saludo y gracias Carlos

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  17. El libro es realmente magnífico, y aunque profundo y riguroso, creo que también bastante accesible para cualquier católico con una formación media. Incluye una serie de esquemas muy buenos divididos en tres partes, una que reseña un punto de la doctrina católica tradicional, una segunda que menciona el "truco" o sofisma utilizado por los nuevos teólogos (una afirmación en sí misma no herética, pero que puede dar lugar a una interpretación que sí lo es), y una tercera parte en la que se muestra la consecuencia final de aplicar el sofisma a la doctrina tradicional dando lugar finalmente a una nueva interpretación de ruptura difícil de percibir por el católico medio, pero de funestas consecuencias. Ese esquema se aplica a multitud de dogmas, principios, etc. y con ello se puede tener una visión completa de la enorme mutación doctrinal de la Iglesia postconciliar en las últimas décadas.

    Yo desde luego nunca había logrado hacerme una idea tan completa del verdadero alcance de esa mutación hasta que no la vi reflejada en estos esquemas de forma tan sistemática, completa y resumida.

    El libro se vende en Madrid en la librería de la HSSPX (Calle Catalina Suárez 16, en la zona de Pacífico) y puede comprarse todas las tardes entre las 6 y las 8 (aproximadamente) y los domingos durante toda la mañana. En otras provincias, pues depende del lugar...

    Eso sí, el libro me parece imprescindible para cualquier católico con un mínimo de interés por su fe.

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  18. Respecto a la última pregunta del escrito, contesto como agnóstico y desde mis lecturas sobre la doctrina religiosa cristiana.
    Debería ser un acercamiento mútuo, aunque Dios "ya cumple". Pienso que el cristianismo es la religión que más se ha acercado al hombre y que más tiene al hombre en su epicentro (por mucho que les pese a los neopaganos), puesto que presenta a Dios como algo fuera del alcance humano y, al mismo tiempo, plenamente humano, conectando ambos planos espiritualmente. He ahí la grandeza del dogma de la Trinidad.

    Dios se dirige al hombre en todo momento, pero éste debe corresponder con su Fe. Dios dejó al hombre las pautas a seguir, escritas en los Evangelios. Como la palabra de Dios es eterna, desde el momento mismo en que es apalabra se materializa, Dios se está dirigiendo al hombre constantemente, pues éste no tiene más que leer la Biblia para saber qué le dice Dios. La forma de la doctrina plasmada en la Bíblia es circunstancial, mas el contenido es universal y eterno (en esto también se deja entrever la temporalidad cristiana, la mezcla indisoluble entre lo eterno y lo perecedero).

    Así, el hombre debe dirigirse a Dios; mas Dios ya se está dirigiendo, desde siempre, al hombre. El hombre debe escuchar lo que ya está dicho.

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  19. En cierto modo el cristianismo (católico) es una Religión bastante agnóstica, pues qué son los Misterios, si no un reconocimiento de los límites del hombre frente a la naturaleza divina. Algo que siempre ha contrastado con las doctrinas heréticas y ateas que vinculan, una y otra vez, la ciencia con la teología pretendiendo en vano "diseccionar a Dios".

    Un saludo
    Antonio

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  20. Más que botellón católico, botellón light.
    Para mí estos acontecimientos, y éste en concreto, rozan la herejía si no entran de lleno en ella.

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