En las últimas semanas han sido muchas las cosas que han pasado en las relaciones entre Roma y la Hermandad Sacerdotal San Pío X. Por una cuestión de prudencia no he querido hablar mucho del tema, pero ahora que parece claro que no habrá regularización, creo que es posible dar una opinión más explícita sobre lo sucedido, y que puede resumirse así:
1º Tras el jubileo del año 2.000 y las reiteradas peticiones de la HSSPX a Roma, ésta decide tener una actitud más abierta hacia ella, y con la llegada de Benedicto XVI al pontificado, se acepta la propuesta de la HSSPX de proceder a los pasos previos para la regularización: liberalización de la Misa tradicional (lo que se concede en 2.007 con el Motu Proprio Summorum Pontificum, aunque no del todo como fue pedido al considerarse sólo como "forma extraordinaria"), levantamiento del decreto de las inválidas excomuniones a los obispos de la HSSPX (en 2.009 se hace algo similar, pero distinto: se levantan las excomuniones como si hubieran sido válidas y ahora el Papa las perdonara, lo cual podría ser considerado hasta ofensivo, pero aún así la HSSPX como gesto de buena voluntad decide agradecer el levatamiento manteniendo su convicción de que siempre fueron nulas), y finalmente Roma acepta mantener entre 2.009 y 2.011 conversaciones doctrinales con la HSSPX para aclarar los problemas surgidos en el Concilio Vaticano II con la doctrina católica tradicional (discusiones que no conducen finalmente a ningún acuerdo, pues ambas partes se mantienen en sus posiciones: Roma considera que no existen contradicciones y la HSSPX que sí).
2º El bloqueo producido por las discusiones doctrinales intenta reconducirse con un Preámbulo Doctrinal admisible para ambas partes (pero que tampoco pretende resolver definitivamente los problemas doctrinales) que permita pasar a la regularización canónica de la HSSPX, a la que se ofrecería una Prelatura Personal como forma jurídica más adecuada para ella.
Y es en este punto donde Roma empieza a conseguir un efecto -seguramente buscado desde un principio por buena parte de la Curia- sobre la HSSPX: su división interna. Hasta este punto diplomáticamente la iniciativa había estado siempre del lado de la HSSPX, y los éxitos de la misma, aunque siempre parciales, eran evidentes. Pero cuando la HSSPX empieza a dividirse (y las muestras de división que han dado algunos de sus miembros me parecen de una imprudencia tremenda -especialmente la publicación de la legítima carta crítica de los otros tres obispos a su Superior General- que sólo ha servido para debilitar a la propia HSSPX frente a Roma), la Curia cambia de táctica y deja en mal lugar al Superior General de la HSSPX, Ms. Fellay (quien ya veía próxima la regularización por la que había apostado aun a costa de debilitar su propia autoridad interna frente a quienes se oponían a un acuerdo que no veían sino como una trampa). ¿Pensaban en Roma que de esta manera a Ms. Fellay ya no le quedaría otra salida que la huída hacia adelante firmando lo que fuera? ¿Se deberá a eso la vuelta hacia atrás en las propuestas de Roma?
El caso es que el Preámbulo Doctrinal que prepara el Cardenal Levada es inasumible para la HSSPX, por lo que Ms. Fellay pone una serie de objeciones que lo puedan hacer más aceptable; al parecer la propuesta de Ms. Fellay, estudiada y matizada en algunos aspectos -pero aprobada finalmente- por la Feria Cuarta de la Congregación para la Doctrina de la Fe, consciente de la voluntad del Papa, ya que también le parece asumible a Benedicto XVI, pero devuelto el texto al Cardenal Levada, éste -con el visto bueno del Papa- presenta a Ms. Fellay el pasado 13 de junio como definitivo un documento similar al inicial... ¿Por qué si al Papa le parecía asumible el texto modificado por Ms. Fellay al final el que se le propone es como el anterior? ¿Quién presionó -después de haberse mostrado las disensiones sobre este tema en la propia HSSPX, claro- para que el texto final fuera como el inaceptable del principio? Sin duda que el Papa es el responsable final, por supuesto, pero todo indica que la presión vino de buena parte de la Curia (y sobre todo del episcopado Alemán, posiblemente el más beligerante contra la HSSPX y cuya Conferencia Episcopal ya se había manifestado contraria a admitirla en su seno y permitir u apostolado en Alemania en caso de acuerdo con Roma), que con esta maniobra ha aprovechado la circunstancia sobrevenida ocasionada por la imprudencia tremenda de quienes han mostrado públicamente sus desacuerdos dentro de la HSSPX (desacuerdos legítimos e incluso muy fundados, sin duda, pero que jamás debieron ser públicos). Sin esas disensiones visibles no creo que las cosas hubieran discurrido como finalmente han discurrido, pero cuando el oponente muestra una debilidad es lógico esperar que la otra parte se aproveche la misma. Y esto es lo que más reprocho a los disidentes internos de la HSSPX: independientemente de que tengan razón o no (y mucha parte de razón tienen, sin duda), su actitud ha sido tremendamente perjudicial para la estrategia negociadora de la Hermandad.
3º Una vez parte de la Curia ha logrado dividir a la HSSPX y ha debilitado la posición interna de Ms. Fellay, ya no le parece interesar tanto arreglar nada, y los gestos son claros en ese sentido. El primero ya lo he mencionado: cuando parecía posible firmar un Preámbulo Doctrinal -y el Papa parecía que lo asumía con las correcciones de Ms. Fellay-, el Cardenal Levada vuelve al texto inasumible del primer Preámbulo. Es decir, ya parece obvia la falta de voluntad de acuerdo por parte de Roma. Entonces el Papa procede a hacer dos nombramientos trascendentales y absolutamete sorprendentes:
a) Nombra Vice-Presidente de la Comisión Ecclesia Dei (la responsable de las instituciones tradicionalistas) al Arzobispo Augustine Di Noia, quien es conocido por sus excelentes relaciones con el mundo judío y que lo primero que manifiesta es que no entiende la posición de la HSSPX respecto a los judíos (y eso que es bien sencilla: están en el error y deben convertirse al catolicismo para salvar su alma, como todos los que no son católicos) y que hay que convencer a la HSSPX de que asuma una concepción positiva del judaísmo según el Concilio Vaticano II, aunque eso lleve tiempo...
b) Nombra Presidente de la Comisión Ecclesia Dei (y Prefecto para la Congregación de la Doctria de la Fe en sustitución del Cardenal Levada) al Arzobispo alemán Gerhard Ludwig Müller (el de la foto), quien siempre ha sido un decidido enemigo de la HSSPX y quien en 2.009 manifestó públicamente (ver sus tremendas declaraciones originales en este enlace) sus ideas sobre lo que había que hacer con ella: disolverla, entregar sus bienes a las diócesis, obligar a sus obispos a renunciar a su dignidad y llevar el resto de sus vidas en silencio, oración y penitencia (peor que si fueran unos pederastas...), suprimir todos sus seminarios y dispersar a los sacerdotes y seminaristas a las diócesis por si alguno pudiera ser válido para el sacerdocio... ¿Y este Arzobispo es quien ha de relacionarse en el futuro con la HSSPX en nombre del Vaticano y del Papa? ¡¡¡Por favor!!!
En unos días se reunirá el Capítulo General de la HSSPX para analizar todo lo sucedido y el Superior General dará la respuesta definitiva a Roma, pero visto lo visto (y más aún tras comprobar cómo en los últimos días Roma está torpedeando clara y abiertamente cualquier posibilidad de acuerdo) parece obvio qué respuesta se va a dar... Si Ms. Fellay -con la buena voluntad de acuerdo mostrada hasta ahora- considera que la propuesta de Roma es inaceptable (definición textual que utilizó en su sermón del pasado 29 de junio en Ecône), el rechazo se presenta como seguro y unánime.
Desde 1.988 nunca se estuvo tan cerca de un acuerdo con Roma, y ahora las cosas parece que vuelven al punto de partida, sólo que Roma ha conseguido dividir a la HSSPX y dejarla muy tocada moralmente (algo que algunos en Roma buscaban, sin duda). Y creo que para recomponer eso hará falta tiempo y mucha buena voluntad. No creo que Ms. Fellay tuviera muchas alternativas a lo que ha hecho (un católico que reconoce la autoridad de Roma nunca puede negarse a mantener el contacto con ella y con el Papa), y tampoco creo que en Roma todo haya sido mala voluntad (creo que ha habido buena voluntad por parte de algunos y mala por parte de otros, y al Papa no lo veo claramente en ninguna de las dos posturas, la verdad, aunque no tengo información suficiente como para hacer una afirmación rotunda en ningún sentido).
Ignoro lo que nos deparará el futuro, pero a la vista de la actitud actual de Roma, especialmente en las últimas semanas, me parece obvio que el estado de necesidad que justifica la jurisdicción de suplencia que ejerce la HSSPX sigue plenamente vigente y parece imposible ya pensar en un próximo acuerdo con Roma (al menos a corto plazo), salvo que el Papa nos sorprenda dando un nuevo impulso al proceso. Ojalá me equivoque y se produzca una rectificación por parte de Roma, pero me temo que estas actitudes delatan las verdaderas intenciones, y que estas hoy por hoy no se muestran nada buenas. De hecho parece claro que las de muchos (no me atrevo a incluir entre ellos al Papa por ciertas informaciones sobre él en este tema, pero tampoco lo descarto por otras) nunca fueron buenas, como muchos advirtieron desde el principio (con razón seguramente, aunque con unas formas muy imprudentes que a la postre sólo han perjudicado a la HSSPX en las negociaciones debilitando su posición).
Ahora lo más urgente creo que es restañar las heridas internas producidas en la HSSPX y mantener como siempre el buen combate. Si Roma vuelve a tener una actitud positiva habrá que responder a la misma, como no puede ser de otra manera para un católico que reconoce a la autoridad, y espero que entonces todos mantengan una actitud más prudente que en esta última ocasión perdida.
Sólo nos queda seguir confiando en Dios y en la Iglesia.
NOTA AÑADIDA EL 10-VII-2012: Para conocer mejor el pensamiento heterodoxo, por no decir que directamente herético, de Ms. Müller, resulta muy ilustrativo este magnífico y equilibrado artículo del blog Catolicidad: http://catolicidad-catolicidad.blogspot.com.es/2012/07/la-iglesia-en-manos-demuller.html
NOTA AÑADIDA EL 10-VII-2012: Para conocer mejor el pensamiento heterodoxo, por no decir que directamente herético, de Ms. Müller, resulta muy ilustrativo este magnífico y equilibrado artículo del blog Catolicidad: http://catolicidad-catolicidad.blogspot.com.es/2012/07/la-iglesia-en-manos-demuller.html
Por lo que he podido leer y comprender, a mi me da el olor de que el Papa, no se si por edad o por haberse quedado solo, ya no tiene o no le dejan decidir por si mismo, es una marioneta ya (mas aun para este tema) que la controla toda esta gente que citas Jorge, y que si no se muere pronto, se lo quitaran de en medio haciendole firmar lo que sea, cuanto antes, porque de Roma el que "molesta" es el. Y por lo demas muy acertado y muy de acuerdo en todo tu artículo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Diego.
Tienes mucha razón: el Papa está sometido a muchas presiones y cuenta con pocos apoyos incondicionales. Pero a pesar de ello finalmente ha sido él el que ha hecho el inaceptable nombramiento de Ms. Müller. Eso ha sido un auténtico torpedo.
EliminarPues presiones llevadas a cabo imagino... aunque es cierto que la ultima y decisiva mano firmante es el propio Papa, no? en fin, como bien dices, solo nos queda seguir confiando en Dios y la iglesia y que Dios arroje luz en cantidad para visualizar el camino correcto que nos lleve a todos con El.
EliminarDiego.