domingo, 1 de marzo de 2009

El carácter falangista y la importancia de la ética y del estilo frente a los zelotes

El nacimiento de Falange Española fue difícil, muy difícil. Y no sólo por el contexto de violencia política de la España decadente de la II República, violencia que tuvo como primer objetivo precisamente a los falangistas (que no tuvieron más remedio que defenderse, como es lógico). No sólo por eso, sino también por la compleja génesis de su pensamiento nacionalsindicalista, lo que da lugar a una confluencia de diversas inquietudes, actitudes, procedencias, etc. en una ideología de síntesis, como ya expuse en la primera entrada de este blog (http://clamareneldesierto.blogspot.com/2009/01/la-tradicin-y-revolucin-modo-de.html).

No voy a reproducir lo ya expuesto allí, pero sí quiero resaltar que una ideología de síntesis como el Nacionalsindicalismo, inevitablemente tiene seguidores un tanto heterogéneos: personas cuya inquietud principal es la patriótica, la social o sindical, la religiosa, etc. Conozco a falangistas con distintos intereses sociales e inquietudes muy diversas, y eso sin duda se dio desde el primer momento. En la misma época fundacional José Antonio Primo de Rivera tuvo que enfrentarse a escisiones, diferencias ideológicas, etc., y algunas de ellas muy serias. Y todo ello ¡¡¡en poco más de dos años!!!

Entre los falangistas conozco a muchos -la mayoría- de grandes cualidades; personas maravillosas que hacen que todo esfuerzo merezca la pena. También he conocido a algunas -afortunadamente las menos, aunque normalmente suelan ser las que hacen más ruido- cuyos referentes éticos tienen mucho más que ver con el estiércol y el vertedero que con esos grandes ideales que defiende la Falange. Son los mismos que han conseguido malograr durante décadas el proyecto falangista, porque ellos no saben construir, sino sólo criticar, conspirar, malmeter... En fin, que este tipo de personas (que pueden autodenominarse falangistas, sí, pero que no saben nada de ética y estilo falangistas -y no sé cómo se puede ser falangista si se carece de esos referentes-) ha existido siempre. No se trata de recordar Ansaldos y otras hierbas de la época fundacional, pero si al mismísimo José Antonio este tipo de gente no hizo sino crearle problemas, ¿qué no van a hacer sus herederos de hoy con quienes estamos sin duda muy por debajo de la talla del fundador?

Las miserias humanas siempre han despertado en mí sentimientos de compasión, pero también es verdad que no todas son iguales. Entiendo más la debilidad humana del que cae en el vicio de la carne o de la gula que al que cae en la soberbia, la prepotencia, la hipocresía, la falsedad... Con eso sí que no puedo, lo reconozco.

Todos tenemos nuestros fallos y errores, y yo el primero, pero de la misma manera que hacer alguna tontería no le hace a uno necesariamente tonto, tampoco es lo mismo caer en pequeñas miserias humanas que ser sencillamente un verdadero miserable.

Pero claro, cuando uno asume ciertas responsabilidades, debe ser consciente de que los miserables, los zelotes de hoy en día, van a estar ahí y van a tratar de hacer todo el daño que puedan, y frente a ellos sólo cabe la firmeza y el desprecio públicos, aunque la caridad cristiana obligue también a rezar por ellos. Cuando se lucha por la Verdad y la Justicia tiene uno que ser capaz de acorazarse, de blindarse, y así hacerse inmune a esa pobre gente -porque su pobreza moral sólo puede dar lástima- que se acerca a uno con el puñal escondido entre las ropas, como los antiguos zelotes de la Jerusalén del siglo I.

Pero no se trata de algo que suceda únicamente en el "mundo azul", no, sino que es algo consustancial al ser humano; es algo que pasa siempre en todos los colectivos humanos, en todos los grupos, en los trabajos, en las familias incluso. ¿Quién no se ha topado nunca con alguno de estos zelotes?

El zelote cuenta siempre con una aparente ventaja: su oponente no juega con las mismas cartas, y si lo hiciera se volvería tan despreciable como él. De ahí que sea tan importante mantener la serenidad, inmunizarse frente a ellos y responder siempre dentro de la más estricta ética y del más elegante estilo, sin responder a las mentiras, a las calumnias, a las asechanzas de todo tipo, cayendo en el lodazal en que ellos se mueven a diario. Porque no merece la pena retozar junto a los puercos. Nunca, nunca merece la pena, aunque muchas veces el cuerpo nos lo pida...

Y es que al final la Verdad y la Justicia siempre acaban abriéndose paso frente a esta gente, aunque ello normalmente lleve su tiempo. Y por eso no merece la pena buscar atajos que nos desvíen del buen camino. Las asechanzas de los zelotes, sus victorias siempre temporales -jamás triunfan de verdad, aunque en ocasiones lo parezca-, sus intentos de destruir y dividir, a la larga quedan siempre en evidencia.

Tengamos siempre identificados a los zelotes y alejémonos en lo posible de ellos.

Quienes tenemos el honor y la desgracia de ocupar puestos de responsabilidad política (porque quienes piensan que es una suerte simplemente no saben de lo que hablan), podemos equivocarnos. Es más, muchas veces nos equivocamos. Pero lo importante no es tanto eso como el que se intenten hacer las cosas bien y siempre de forma honesta y siguiendo los dictados de nuestra conciencia.

Nunca está de más recordar de vez en cuando palabras de José Antonio, especialmente cuando él mismo reaccionaba ante situaciones similares, hablando de la disciplina, de cómo debe desarrollarse la lucha política y cómo no debe uno hacer seguidismo de sus adversarios -en ocasiones lobos disfrazados de corderos-, etc. Así que, como yo no tengo ni su autoridad moral -porque su autoridad política también se la discutieron en vida los zelotes que le tocó lidiar-, ni tampoco su talento humano, mejor dejar que sea él quien hable:

GUIONES

Disciplina

Los jefes se pueden equivocar, porque son humanos; pero, por la misma razón, pueden equivocarse los llamados a obedecer cuando juzgan que los jefes se equivocan. Con la diferencia de que en este caso, al error personal, tan posible como en el jefe y mucho más probable, se añade el desorden que representa la negativa o la resistencia a obedecer.

Un buen militante de la Falange debe confiar siempre en que los jefes no se equivocan. La jefatura dispone de muchos asesoramientos y pesa muchos datos que no conocen todos. Por eso hay que presumir que los jefes tienen razón, aunque, desde fuera cueste, en algún caso, adivinar sus antecedentes o sus móviles.

Además hay que suponer en los jefes calidades que los hagan dignos de la jefatura. Si no las tuvieran, no estarían en su puesto, ni quienes les siguen hubieran acatado su autoridad. La autoridad de los jefes se acepta de una vez, y de una vez, por razones hondísimas, se rehusa. Lo inadmisible, por anárquico y deprimente, es que cada cual revise a diario su severo voto de disciplina.

El terreno de lucha

Falange Española aceptará y presentará siempre combate en el terreno en que le convenga, no en el terreno que convenga a los adversarios.

Entre los adversarios hay que incluir a los que, fingiendo acucioso afecto, la apremian para que tome las iniciativas que a ellos les parecen mejores.

Murmuración

La vida es milicia. La Falange es milicia. Y una de las primeras renuncias que lo militar exige es la renuncia a la murmuración. Los soldados no murmuran. Los falangistas no murmuran. La murmuración es el desagüe, casi siempre cobarde, de una energía insuficiente para cumplir en silencio con el deber.

Aquellos de los nuestros que no se sientan con fuerzas de espíritu para sobreponerse a la comezón de murmurar, deben constituirse en jueces de honor de sí mismos y expulsarse de la Falange por indignos de pertenecer a ella.

Silencio

Aprendamos cada página y cada línea de la lección de los caídos; esa lección que, para tener todo decoro, se reviste con el supremo derecho del silencio.

El honor de la Falange

El honor de la Falange es el honor de cada uno de nosotros. Guardémonos de contribuir con nuestros actos o con nuestras palabras a que desmerezca en lo más mínimo el honor de la Falange.

(“FE”, núm.3, 18 de enero de1934)

10 comentarios:

  1. Sin palabras. Que decir casi me das pie ha escribir una segunda parte... en un sentido parecido.

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  2. El proyecto falangista se malogra por las circunstancias en las que se desarrolló, no por los militantes (con siglas y sin siglas) del movimiento ni en el pasado ni en la actualidad. Teniendo esto claro la falta de definición precisa de la "moral nacional", la "separación Iglesia-Estado" y la ruptura de la sucesión en la jefatura crean la atomización actual. La ética y el estilo es un efecto de la causa principal, cual es la granítica definición doctrinal y la jefatura inequívoca. Esas partes se malogran con la muerte del Fundador/fundadores porque no se finaliza el proceso de unificación doctrinal y porque la sucesión, aparte del capador "Decreto de Unificación", no es asimilada por los falangistas de forma inequívoca en la figura de Hedilla. Y es que el listón está muy alto. Nadie ha superado en política ni la verdad ni la bondad que emanaban del primer, y para mí último, Jefe Nacional, José Antonio Primo de Rivera. Si las siglas históricas son capaces de formar un cuerpo de doctrina recio, el intento de la Vieja Guardia me parece voluntarioso pero del todo falto de rigor intelectual en el famoso "Manual" recién editado, y una jefatura que sugestione al proyecto común de España, por las obras más que por las palabras, entonces empezaremos donde lo dejamos allá por marzo del 1936.

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  3. Señor Lizcano: Muchas gracias por su intervención, pero no puedo estar del todo conforme con sus reflexiones, ya que las circunstancias que malograron la Falange en 1936-37 no tienen demasiado que ver -algo posiblemente sí, pues tuvo sus consecuencias a largo plazo- con el continuo fracaso de los últimos 35 años. Y éste sí se debe a los falangistas. Es culpa nuestra y las cosas son así.

    A José Antonio le tenemos hoy como un referente indiscutible, sí, pero en vida se le discutió bastante y salía entonces la Falange a escisión por año. Al menos si nos limitamos a las más importantes (las de Ansaldo y Ramiro Ledesma). Vamos, que los falangistas ya éramos así desde el principio. Somos así de cumplidores con nuestros jefes.

    Es más, yo creo que aunque hoy viniera José Antonio mismo en persona a hacerse cargo de la Falange, los falangistas le cuestionaríamos y le montaríamos escisiones... Y es que yo creo que las tendencias falangistas existen porque hay distintas formas de entender el falangismo, pero no porque haya varios falangismos. Sólo hay un falangismo -o Nacionalsindicalismo, para ser más precisos- y sólo hay una ética y un estilo falangistas, pero lo que hay son muy pocas ganas de aceptar eso por parte de no pocos falangistas. Cada uno quiere hacer de sus opiniones y matices personales la opinión de la Falange, y claro, ese "anarquismo falangista" ha sido y es el cáncer de la Falange.

    No es sólo cuestión de querer mandar o no, es cuestión de soberbia y egocentrismo.

    Yo conozco a cientos de falangistas, y con muchos de ellos no podría compartir en nigún caso un proyecto político serio. Unos porque su progresismo se aleja del falangismo genuino, otros porque tienden a la extrema derecha, o porque su antiinmigracionismo se acerca peligrosamente al racismo y/o la xenofobia, o porque su falta de fe les hace querer negar la evidencia de la inspiración católica de la Falange...

    Vamos, que hay tantas tendencias como falangistas, y si la humildad fuera la nota dominante, cada uno se guardaría sus matices, pero no, todos quieren imponerlos como doctrina oficial.

    Si hasta de la Iglesia católica, única verdadera y asistida por el Espíritu Santo, han salido y salen tantas herejías y tantos cismas, ¿cómo no se iba a dar eso en la Falange, que no es sino algo humano y meramente terrenal? Pues con más razon, por supuesto.

    Algún día escribiré algo sobre la unidad de los falangistas, tan cacareada por algunos, y que yo a estas alturas considero simplemente imposible.

    Y respecto al "Manual" de la Vieja Guardia, sólo decir que me pareció tan decepcionante y tan falto de rigor en algunos extremos, que yo no se lo puedo recomendar a nadie. Tenía intención de comprarlo, pero fue abrir la página con la que empieza el capítulo económico y leer la afirmación de que en 1848 Carlos Marx publicó "El Capital", y ya se me quitaron las pocas ganas que tenía. Cuando se juntan unos cuantos que se consideran así mismos "notables" del Nacionalsindicalismo y ponen en negro sobre blanco algunas cosas...

    En fin, yo respeto a la mayoría de ellos mucho, pero las cosas son como son, y ese "Manual" tiene cada perla que vamos...

    Un saludo y gracias por visitar mi blog.

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  4. Estupendo Jorge , a ver si alguién se pasa por aquí y va aprendiendo.
    Un saludo
    CAFE

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  5. Hombre Jorge...! El Manual del nacionalsindicalismo contiene bastantes erratas pero esa a la que haces referencia no es tal ya que, aunque el PRIMER VOLUMEN de El Capital no se publicaría hasta 1867, buena parte de su contenido se publicó en la prensa durante los años anteriores. Dado que por su extensión estos artículos no podían publicarse en el periódico de una sola tacada, son publicados en VARIOS NÚMEROS SUCESIVOS, correspondiendo el primero a 1948. O lo que es lo mismo, si el primer volumen de El Capital vio la luz como conjunto en 1867, los primeros textos de El Capital se empezaron a publicar en 1848. No hay que olvidar que cada uno de los volúmenes de El Capital es a su vez compendio de varios trabajos y no un volumen uniforme de contenido.
    El error del Manual no es, por tanto, la fecha sino el haber omitido una nota aclaratoria de lo anteriormente expuesto.

    Eugenio Paredes

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  6. Otra cosa que se me olvido comentar: Dices que "Cuando se juntan unos cuantos que se consideran así mismos "notables" del Nacionalsindicalismo...", en un tono claramente despectivo. No conozco personalmente a la mayoría de los que hicieron ese "Manual" (que no es un Tratado sobre el nacionalsindicalismo pero que, aún así, a mi juicio se queda corto en muchos aspectos), pero de loque no me cabe duda es que Antonio Castro Villacañas y Santiago Fernández Olivares sí son notables del nacionalsindicalismo y muchos de nosotros, tanto tú Jorge como yo, estamos a años luz del conocimeinto que estas dos personas tienen sobre la doctrina falangista.
    Por otro lado, si la memoria no me falla, leías con entusiasmo los "Cuadernillos de Nacionalsindicalismo" que a propuesta de Olivares, se editaron en FE-JONS antes de todos los follones, y aceptabas a Olivares como maestro indiscutible...
    ¡Como cambia un carguito a una persona!

    Y no: no utilizó ningún nick.
    Eugenio Paredes

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  7. Eugenio: la explicación que ofreces no es convincente. En el libro de referencia no dan esa fecha porque se publicara algún artículo con contenidos que posteriormente aparecieron en "El Capital" (cuyo primer volumen es de 1867 y no se limita a ser una recopilación de artículos previos). No, en ese libro se confunde "El Capital" con el "Manifiesto Comunista", que sí es de 1848.

    Es simplemente un error, y buscarle justificaciones rebuscadas a eso no creo que sirva de mucho...

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  8. Eugenio: sobre tu segundo comentario he de decir que no me gusta tu tono. Acusarme de cambiar por un carguito, además de ser falso es miserable. ¿Acaso me conoces como para opinar así de mí?

    Aquellos cuadernillos a los que te refieres son en general bastante buenos, aunque también contienen errores. Ahora bien, eran eso: unos cuadernillos. Este otro libro se supone que es nada menos que el "Manual del Nacionalsindicalismo", y aunque en general también es aceptable, yo esperaba un poco más de rigor y algunos menos errores.

    Yo no tengo nada que decir de Castro Villacañas o de Fernández Olivares. Tengo mi opinión personal sobre ellos, sobre sus particulares visiones del Nacionalsindicalismo, etc., y no dudo ni de sus conocimientos ni de su valía. Es más, yo no les mencioné en ningún momento (no me gusta ni alabar ni ofender gratuitamente a nadie, no como parece que les gusta a otros -especialmente para ofender-). Simplemente me parece que el libro ese debió hacerse de otra manera y debió revisarse mejor antes de su publicación.

    Y sí, creo que hay quienes se consideran a sí mismos "notables del Nacionalsindicalismo", pero nuevamente digo que yo no mencioné a nadie.

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  9. Hola Jorge, acabo de conocer y leer tu blog y no me lo he pensado dos veces para seguir tus comentarios.
    Mi saludo a nuestro estilo.
    CAFE

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    Respuestas
    1. Tengo un poco abandonado el blog por falta material de tiempo, pero bueno, espero que te guste.

      Un saludo!!

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