
El próximo día 7 de junio se celebrarán elecciones al Parlamento Europeo, y como siempre unas semanas antes todos los partidos políticos están a pleno rendimiento para poder presentar las candidaturas. Estas elecciones son las más sencillas de todas para los grandes partidos, pero para los pequeños, los que no tienen representación, hay un obstáculo muy difícil de superar: recabar 15.000 firmas de ciudadanos –con sus DNI, certificado censales, etc.– ó 50 avales de cargos electos (muy difíciles de obtener cuando no se tienen en el propio partido, como es fácil de suponer).
Para los falangistas siempre ha sido complicado conseguir esos avales, y en esta ocasión la Junta Electoral Central ha exigido que vayan acompañados de certificados de los diferentes entes de pertenencia de los electos (ayuntamientos normalmente), por lo que este año ha sido doblemente complicado (cuando el Alcalde y el Secretario –que son los que firman los certificados– se enteraban del asunto, trataban de convencer al avalista para que no lo hiciera, con lo que muchos se terminaban echando para atrás…).
Estas dificultades añadidas a las ya habituales tienen, en mi opinión, un aspecto negativo y otro positivo. El negativo es, obviamente, el aspecto antidemocrático que supone el que te tengan que avalar cargos de otros partidos (que tienen la consigna de no firmar a nadie), y no porque yo presuma de ser más demócrata –en el sentido liberal-partitocrático del término– que nadie, por supuesto, pero si el Sistema presume tanto de demócrata no se entiende este tipo de trabas. Yo al menos no creo que sea razonable.
Ahora bien, reconozco que hay un aspecto positivo en la existencia de estos inconvenientes: los partidos insignificantes o, en caso de ser más grandes, dirigidos por incompetentes, se quedan fuera. Es un poco como la “ley de la selección natural”, cuando los más débiles se van quedando por el camino. Claro, obviamente esos grupitos luego tienen que justificarse ante su gente diciendo que no se presentan porque no merece la pena, o porque esa Unión Europea es una estafa, o por mil y una excusas de mal pagador que se ponen para justificar lo que tiene una justificación muy sencilla: insignificancia o incompetencia, y eso cuando no las dos cosas…
FE-JONS presentó a las pasadas Elecciones Generales candidaturas en todas y cada una de las circunscripciones, tanto al Congreso como al Senado, algo que no había pasado en toda la historia de la Falange y que muy pocos partidos políticos se pueden permitir. Hace falta mucha capacidad y organización para cubrir de candidatos toda la geografía nacional.
Nada tengo que decir de las candidaturas de otros grupos falangistas que otras veces se han presentado a las Elecciones al Parlamento Europeo y que en esta ocasión no pueden hacerlo (alguna es posible que aún se presente). Tengo por norma hablar sólo de Falange Española de las JONS, que, por cierto, ha sido de los primeros grupos políticos en presentar candidatura, y sólo quiero resaltar el hecho de que en esta ocasión es probable que haya pocas papeletas diferentes con el mismo yugo y flechas. Eso simplificará mucho las cosas cuando alguien nos pregunte, "¿cuántas falanges se presentan?" .
Estas Elecciones al Parlamento Europeo serán una nueva criba que muchos no podrán pasar y que FE-JONS ha vuelto a superar, en esta ocasión incluso con bastante más soltura –pese a todo– que en 2004, lo cual es un síntoma muy claro de cómo FE-JONS mejora día a día en operatividad y seriedad.
Según pasan los años la sopa de siglas “azules” se va simplificando más y cada grupo va quedando reducido poco a poco a su importancia real, independientemente de las falsas sensaciones que den las "actividades políticas a nivel de Internet y de foros", y estas elecciones serán un nuevo listón real -no virtual- que muchos no podrán superar, por muchas excusas que luego puedan ponerse de cara a la galería.
La selección natural es así.
Para los falangistas siempre ha sido complicado conseguir esos avales, y en esta ocasión la Junta Electoral Central ha exigido que vayan acompañados de certificados de los diferentes entes de pertenencia de los electos (ayuntamientos normalmente), por lo que este año ha sido doblemente complicado (cuando el Alcalde y el Secretario –que son los que firman los certificados– se enteraban del asunto, trataban de convencer al avalista para que no lo hiciera, con lo que muchos se terminaban echando para atrás…).
Estas dificultades añadidas a las ya habituales tienen, en mi opinión, un aspecto negativo y otro positivo. El negativo es, obviamente, el aspecto antidemocrático que supone el que te tengan que avalar cargos de otros partidos (que tienen la consigna de no firmar a nadie), y no porque yo presuma de ser más demócrata –en el sentido liberal-partitocrático del término– que nadie, por supuesto, pero si el Sistema presume tanto de demócrata no se entiende este tipo de trabas. Yo al menos no creo que sea razonable.
Ahora bien, reconozco que hay un aspecto positivo en la existencia de estos inconvenientes: los partidos insignificantes o, en caso de ser más grandes, dirigidos por incompetentes, se quedan fuera. Es un poco como la “ley de la selección natural”, cuando los más débiles se van quedando por el camino. Claro, obviamente esos grupitos luego tienen que justificarse ante su gente diciendo que no se presentan porque no merece la pena, o porque esa Unión Europea es una estafa, o por mil y una excusas de mal pagador que se ponen para justificar lo que tiene una justificación muy sencilla: insignificancia o incompetencia, y eso cuando no las dos cosas…
FE-JONS presentó a las pasadas Elecciones Generales candidaturas en todas y cada una de las circunscripciones, tanto al Congreso como al Senado, algo que no había pasado en toda la historia de la Falange y que muy pocos partidos políticos se pueden permitir. Hace falta mucha capacidad y organización para cubrir de candidatos toda la geografía nacional.
Nada tengo que decir de las candidaturas de otros grupos falangistas que otras veces se han presentado a las Elecciones al Parlamento Europeo y que en esta ocasión no pueden hacerlo (alguna es posible que aún se presente). Tengo por norma hablar sólo de Falange Española de las JONS, que, por cierto, ha sido de los primeros grupos políticos en presentar candidatura, y sólo quiero resaltar el hecho de que en esta ocasión es probable que haya pocas papeletas diferentes con el mismo yugo y flechas. Eso simplificará mucho las cosas cuando alguien nos pregunte, "¿cuántas falanges se presentan?" .
Estas Elecciones al Parlamento Europeo serán una nueva criba que muchos no podrán pasar y que FE-JONS ha vuelto a superar, en esta ocasión incluso con bastante más soltura –pese a todo– que en 2004, lo cual es un síntoma muy claro de cómo FE-JONS mejora día a día en operatividad y seriedad.
Según pasan los años la sopa de siglas “azules” se va simplificando más y cada grupo va quedando reducido poco a poco a su importancia real, independientemente de las falsas sensaciones que den las "actividades políticas a nivel de Internet y de foros", y estas elecciones serán un nuevo listón real -no virtual- que muchos no podrán superar, por muchas excusas que luego puedan ponerse de cara a la galería.
La selección natural es así.